Todo el mundo estafa para sobrevivir... La gran estafa americana:
Un estafador de medio pelo, y su amante, son descubiertos por un ambicioso agente del FBI que les arrastra hacia una estafa mayor con el objetivo de involucrar y cazar a políticos y mafiosos.
Y... qué tal?!
Paco: Seguramente la expresión más usada por muchos de los que la hayáis visto es “pues sí que es una estafa sí”. A mí, tras aguantar estoicamente las dos horas y cuarto de película, lo primero que me vino a la cabeza fue el número de Oscars a que estaba nominada (ni más ni menos que 10) y la pregunta de por qué.
Una película pesada que, a medida que va avanzando, esperas tenga un desenlace apoteósico, tipo El golpe, y te haga sentir que las dos horas anteriores son justificadas. Pero va a ser que no. Un final flojo para una película floja cuyo único punto fuerte está en las actuaciones. Eso si, todos y cada uno de los actores principales, incluido el repudiado Jeremy Renner (único protagonista no nominado al Oscar), son merecedores del Oscar y son los que hacen que la cinta no sea un aburrimiento total.
Muy por detrás de los dos últimos, y más laureados, trabajos de David O. Russel, The Fighter y El lado bueno de las cosas, en los que además de grandes actuaciones tenían una historia más interesante. No dejéis de verla si tenéis curiosidad, pero no lo hagáis esperando algo que os sorprenda porque no lo hará. 6/10.
Ele: Menudo rollo de película!!! Y qué larga!!!. Iba con un montón de expectativas y vaya decepción!!!!. Lo único bueno que tiene son las actuaciones, que todas son brillantes. Algunos están caracterizados de tal manera que cuesta reconocerlos. Por ejemplo, el personaje de Irving es Christian Bale el mismo que rodó El caballero oscuro (quién lo diría, si es como una especie de Torrente), la explosiva Rosalyn es Jennifer Lawrence, aunque tampoco lo parezca, la misma que está rodando Los juegos del hambre y el tontorrón de Richie es Bradley Cooper ni más ni menos que el guaperas de Resacón 3.
Dejando a un lado el reparto, la historia me resulta lenta, insípida, sin gancho. Después de treinta minutos, no paré de revolverme en mi asiento con impaciencia por ver algún signo ingenioso, que nunca llegó. A una película de timadores y estafas, no se le puede centrar la atención en escotes como el de Amy Adams, que no para de enseñarlo en toda la película (aunque alguno sin duda, habrá salido encantado).
En definitiva, para mi está escandalosamente sobrevalorada. La verdadera estafa está en la película. 4/10.
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