jueves, 9 de abril de 2020

El hoyo

Obvio... El hoyo:


De qué va?!
Una prisión vertical. Una celda por nivel. Dos presos por celda. Un número desconocido de niveles. Una única plataforma con comida que pasa cada día y para dos minutos en cada nivel.

Y... qué tal?! 
Desde la primera escena El hoyo busca, no solo sorprenderte, sino también provocarte. La prisión vertical es una clarísima alegoría de los estratos sociales y una crítica brutal a la sociedad en sí misma y a los que la componemos.

El primer largometraje de Galder Gaztelu-Urrutia, ganador del pasado Sitges Festival, ha seguido el mismo camino de Errementari o Tu hijo y se ha convertido en un título que pasó totalmente desapercibido en taquilla, pero que ha supuesto un auténtico pelotazo en Netflix. Y no es para menos, desde el primer minuto la cinta promete tensión y situaciones límite que, como espectador, te pondrán en más de una situación incómoda. Lo bueno, para mí lo mejor, es que la crítica no se conforma con señalar al sistema de todos los problemas, sino que, gracias al funcionamiento de 'El hoyo', apunta con el dedo a cada uno de lo que hay dentro.

Parte de una premisa muy potente, muy bien pensada y cuenta con unos apartados técnicos inmejorables; los efectos especiales y el diseño de producción son brutales, pero el guión... el guión es tremendo. Con cuatro frases y cuatro imágenes es capaz de definirte los personajes y el ambiente en el que se mueven. A todo eso le añadís las estupendas actuaciones y tenéis una ópera prima para el recuerdo.

Pero, a veces hay un pero, a pesar de conseguir mantenerse la mayor parte del metraje a un nivel  altísimo, según se acerca al final va flojeando. Y el afán de Urrutia por impactar al espectador, hace que el cierre se quede en tierra de nadie. 7/10

Trailer:


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