Jurassic World: El reino caido.

La isla se ha ido... Jurassic World: El reino caído:

De qué va?!
El volcán de Isla Nublar amenaza con entrar en erupción. Owen y Claire ponen en marcha un plan para salvar a los dinosaurios, y especialmente a Blue, el raptor que Owen crió. Cuando llegan a la isla, el volcán entra en erupción y descubren que no todo el equipo tiene los mismos planes.

Y... qué tal?!
En El mundo perdido, la segunda entrega de Jurassic Park ,Spielberg llevó al T-Rex hasta San Diego pero, hasta ahora, las tramas de toda la saga se habían centrado en la(s) isla(s). Esta película rompe completamente con eso. Siempre tendremos una puerta de atrás con Isla Sorna, el Site B, pero la entrada en escena del volcán de isla Nublar, y la creciente importancia de la genética, marca un punto y aparte en el desarrollo de la trama y deja la puerta abierta para que pueda pasar cualquier cosa en la, en teoría, tercera y última parte de la trilogía de Jurassic World.

Tras una primera escena brutal y un tramo algo más "lento", sobre todo para los que estábamos esperando ver a los gigantescos saurios en acción, nos encontramos con que la cinta tiene dos partes claramente diferenciadas. La primera con aventuras y acción en la isla. Una primera mitad entretenida y espectacular por momentos, pero que ya conocíamos. Y una segunda más intimista, en la que de verdad se ve la aportación de Bayona (El orfanato). Oscura, tétrica, con toques de terror y, una vez más, con una niña en uno de los papeles importantes. Es muy interesante, a la par que emocionante, ver como toda la película está plagada de pequeños homenajes a la cinta original de Steven Spielberg. Esto, como ya hiciera la primera Jurassic World, me parece un acierto enorme porque, a la vez que vamos viendo cómo avanza la trama, nos va recordando cual fue su origen. Maravilloso.

Pratt y Dallas Howard siguen a lo suyo. Tienen química en pantalla y eso hace que todo sea más creíble y fluido. No me ha gustado tanto Ted Levine (Heat) encarnando el papel de "cazador", que recuerda claramente al de Pete Postlehwaite en El mundo perdido, pero muchísimo más flojo. Otro acierto ha sido el mayor uso de animatrónica en escenas claves y menos CGI. Y otro fallo, como también le ocurriera a la anterior, algunas concesiones que hay que hacerle al guión que, aunque pasamos por alto, están ahí.
En definitiva, y en conjunto, la película se disfruta mucho de principio a fin y lo deja todo listo para una tercera parte que promete ser apoteósica. 8/10

Trailer: