Cuando el Capitán Garfio secuestra a sus hijos, un adulto Peter tendrá que volver a Nuncajamas para recuperar su juventud y plantarle cara a su antiguo enemigo.
Y... qué tal?!
De chaval, cuando estaba malo, siempre me ponía Hook, tirado en la cama y sudando la fiebre. Sentía que Spielberg me hablaba a mí y soñaba con ser uno de esos niños perdidos y vivir incontables aventuras. Ayer, que me pasé el día hecho un guiñapo, decidí recordar viejos tiempos y redescubrirla.
Hacía tanto tiempo que no la veía que me ha dado tiempo a ser padre y, ya os digo que, el verme reflejado en el viaje que hace Peter ‘Banning’ Pan, me ha volado la cabeza. Está claro que la parte de los hijos es se hace más emotiva, pero la de ver cómo, aunque no queramos, al final crecemos, es aún mas impactante. Estamos ahí y nos vemos arrastrados sin remedio al “mundo de los adultos”. Con sus reglas y sus cánones que tenemos que cumplir. Ese mundo que queremos cambiar y del que renegamos cuando somos pequeños, al final nos absorbe sin remedio. Spielberg me habla a mí. Es curioso y majestuoso ver cómo se comunica con varias generaciones a la vez y que, dependiendo el momento en el que veamos la película nos afectará de una forma u otra. No se olvida de los adultos, aunque siempre le da más importancia a esa mirada de niño. Miradas que llenan el metraje con primeros planos de pequeños ojos abiertos como platos que alucinan con todo. Desde la escena inicial en la que los niños están embelesados viendo la obra de teatro, hasta la última en la que Pan cede el testigo, pasando por la batalla de comida. Es alucinante cómo hace que Peter desande el camino para recordar quién era, y lo vuelve a andar para ver en quién se ha convertido. Y como hace que ese ‘beso’ se convierta en la bisagra que le cambia la vida.
Más allá de lo emotivo, decir que la película aguanta perfectamente el paso del tiempo va para los 30 años y se la ve fresca. Los efectos especiales mantienen el tipo y no nos hacen salirnos de la misma. Aunque a eso también ayudan las increíbles interpretaciones de, absolutamente, todo el reparto. Incluso de ese pirata secundon que solo sale una vez y sobreactua para sacarnos una sonrisa oculta.
No sé si habrá sido la fiebre, pero hasta me he emocionado. Gracias Spielberg. 8/10
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