martes, 20 de diciembre de 2022

Avatar: El sentido del agua

No tiene principio ni fin... Avatar: El sentido del agua:



De qué va?!
Ambientada más de una década después de los acontecimientos de la primera película, Avatar: El sentido del agua empieza contando la historia de la familia Sully (Jake, Neytiri y sus hijos), los problemas que los persiguen, lo que tienen que hacer para mantenerse a salvo, las batallas que libran para seguir con vida y las tragedias que sufren.

Y... qué tal?! 
Hemos tenido que esperar 13 años para que llegara la continuación de la Avatar. Y ha merecido la pena. James Cameron no decepciona y nos deja un espectáculo visual apabullante. Una pirueta tecnológica tan solo a su alcance. Y es que, aunque no es lo único, el aspecto técnico y visual si es lo más llamativo. Un 3D (indispensable verla en 3D) tan inmersivo que consigue absorber al espectador y transportarle a Pandora. Un mundo que no tiene fin. Un mundo en el que te gustaría quedarte. Alucinante. Y real. Muy real. 

Pero eso solo es el papel de regalo. Bonito. Brillante. Llamativo. 
 Cuando abres la caja te das cuenta de que hay muchas sorpresas. Hay dos temas que vertebran toda la trama: La defensa de la tierra, la parte ecologísta que arrastramos de la primera película y que ahora se centra en los mares, y la familia. Dentro de esta segunda rama colgarían las sorpresas en forma de descendencia. Descendencia, con diferentes orígenes, que se cobija bajo el paraguas de Jake y Neytiri. Tres hijos propios y dos adoptados. Uno de los cuales es humano. A través de ellos va tejiendo los lazos entre los personajes y con el medio que los rodea. Algunos son más fuertes, y otros más flojos. Y es que puede que el talón de Aquiles de la cinta sea que, para la duración que tiene, deje cosas pendientes de explicar o las pase por encima. Lo cual no afecta al disfrute general de la cinta, pero sí hace que cuando termine te quedes con varios por qués. Aunque no olvidemos que El sentido el agua solo es la primera de cuatro secuelas que están por venir y pueden ahondar más en esos temas. Cameron se deja llevar, especialmente en el segundo tercio de la película, y da por explicadas, o sacrifica, cosas en favor de darnos más y más imágenes alucinantes. Lo cual, o estas muy dentro de la peli, o puede lastrarla y hacer que algún tramo se te haga pesado. 

En conclusión, la mastodóntica epopeya de Cameron, no me ha parecido tan redonda como la primera, pero la he disfrutado de principio a fin. Y es, sin duda, una experiencia que hay que ver en la pantalla más grande posible y en 3D. Es una experiencia que te dejará con ganas de más. No descartes repetir. 8/10

Trailer:

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