23 metros de escualo... Megalodón:
Un sumergible de aguas profundas ha sido atacado y ha quedado averiado. Para salvar a la tripulación el director de la expedición contrata a Jonas Taylor, un especialista en rescate en aguas profundas. Su misión será salvar a la tripulación y también al océano de un megalodón.
Y... qué tal?!
Megalodón estaba llamada a convertirse en uno de los fenómenos del verano. Aunque muchas de las predicciones auguraban un batacazo en taquilla, ¿a quién no le gusta un tiburón gigante? ¡A ver!.
Y si no te gustan los bichos, tienes a Jason Statham (Transporter) como protagonista. Ya sabes, cuando te sientas en la butaca, que en algún momento de la película peleará puño/aleta contra el monstruo. O saldrá huyendo a toda velocidad en un coche muy rápido o en una lancha motora aún más rápida.
Ya fuera de broma, Megalodón, es un producto veraniego más. Pensado para que todos nos distraigamos un rato en el cine y enfocada como una película de acción para todos los públicos, más que como una de monstruos/terror. Incluso eliminaron escenas sangrientas y gores del montaje final (cosa que no gustó a Statham, ni a Jon Turteltaub, el director), y le dieron un toque de humor. Lo peor de todo es que te quedas con la sensación de que el bicho está totalmente desaprovechado. No solo por la poca destrucción y muertes que provoca, si no por lo poco que sale. Y el caso es que no tiene un ritmo lento, pero cuando vas a ver Megalodón, quieres ver a Megalodón. Por otra parte, como espectador tampoco puedo sentirme engañado, ya que la genial campaña publicitaria (con guía de supervivencia y todo), ya dejaba claro que había mucho cachondeo, que no risas, en la cinta. 5/10
Trailer:
No hay comentarios:
Publicar un comentario