Nombre Don, apellido Cristal... Glass:
Mientras Dunn persigue a La Bestia, la figura sobrehumana de Crumb, en una serie de encuentros cada vez más intensos, la sombría presencia de Price surge como un orquestador que esconde secretos cruciales de ambos hombres.
Y... qué tal?!
El cine de Shyamalan es un cine pausado, incluso lento en algunos momentos, pero no te deja indiferente y siempre busca sorprenderte. Así es su cine, y así es Glass. Shyamalan en estado puro. Tras una primera parte más viva en la que sitúa a los personajes y nos deja un primer encuentro entre David Dunn, el personaje de Bruce Willis y La bestia, una de las personalidades que interpreta James McAvoy, el ritmo baja. Aunque a mí no se me hizo pesada, es muy comprensible que haya gente a la que sí y estoy de acuerdo con que si hubiera sido algo más corta habría tenido más ritmo. Pero es muy listo, y esta lentitud la supera dándote pequeñas dosis de James McAvoy, cuya actuación se come todo y a todos los que se le pongan por delante y se convierte en lo mejor de la película.
Durante las dos primeras partes de la trilogía (El protegido y Múltiple), Shyamalan presenta unos superhéroes y villanos, muy humanos. En Glass sigue la misma senda, incluso usa el concepto de un manera muy original que usa para llevarte a la reivindicación final. A esa escena que todo el mundo esperábamos y que ninguno imaginábamos. Ahí está de nuevo el giro de Shyamalan. Cuando parecía que no, vuelve a dar en la diana y a dejarnos con un ‘Venga ya!’ en los labios. La única pega, para mí, es que después del clímax, viene una especie de epílogo que alarga demasiado y hace que no salgas del cine tan eufórico.
Si os han gustado las dos anteriores y os gusta Shyamalan, esta no va a ser la excepción. 7/10
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