Balthazar Pratt, un antiguo niño estrella obsesionado con el personaje que encarnó en los años ochenta, demuestra ser el peor enemigo al que Gru ha debido enfrentarse hasta la fecha.
Y... qué tal?!
Gru Mi villano favorito fue una película diferente en su planteamiento y en sus personajes. Tan sorprendente y divertida como entrañable. Me resulta tan imposible no recomendarla, como me cuesta hacerlo con esta tercera entrega.
Los personajes son los mismos, pero algo falla. Esa esencia que empezó a perder en la segunda, la ha perdido del todo en esta. Lleva a los personajes hacia situaciones comunes que ya hemos visto, de manera típica y tópica. Y los nuevos que introduce, a excepción de Bratt, que te gana principalmente por la música que le acompaña, son bastante insulsos e incluso tontos. Y por otro lado tenemos la historia que más que una historia parecen retales inconexos. Un montón de ideas sueltas. Intenta coger cada elemento por separado (minions, Gru, Lucy, las niñas...) y hacer una subtrama para cada uno y terminar uniéndolas. Pero el resultado final es forzado y precipitado. En definitiva, la saga Gru (incluida Minions) ha perdido su toque. Pero esto no significa que vayamos a dejar de tener entregas, no. El año que viene estrenan Minions 2, y Gru 4 está en desarrollo. 5/10.
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