Cuando un tiburón asesino desata el caos en una localidad costera, el sheriff del pueblo, un biólogo marino y un viejo marinero tendrán que unir fuerzas para darle caza
Y... qué tal?!
En 1975, con solo 29 años, Steven Spielberg nos regalaba su primera gran película, creaba el concepto de blockbuster veraniego y marcaba una revolución en el cine (a la que se sumaría Star Wars Una nueva esperanza dos años después). En 1975 nacía el mito viviente al que le darían el apelativo de El rey midas de Hollywood.
La larga y llena de problemas, producción de Tiburón ha dejado una película que será recordada para siempre. Con imágenes y escenas para el recuerdo como el zoom a Brody en el ataque en la playa, o el encuadre del Orca dentro de las mandíbulas de un tiburón. Aunque tiene su punto terrorífico, yo diría que está más cerca de ser un thriller de aventuras que de terror. Spielberg maneja la tensión de manera magistral mostrando al tiburón poco lo justo (cosa que repetiría en Jurassic Park). No te deja apartar la mirada de la pantalla porque en cualquier momento pueden aparecer esas mandíbulas para cobrarse una nueva presa. A eso ayuda, y de qué manera, la sublime banda sonora de John Williams que, no en vano, ganó el Oscar (su segunda estatuilla) ese año. En este revisionado además, me he dado cuenta de que la propia música de Williams, además de meternos miedo cuando se acerca Bruce (como llamaron al tiburón mecánico durante la producción), ayuda a esa sensación de aventura. De fantasía. Es maravillosa. A todo esto le sumas las actuaciones de tres actores en estado de gracia y con una química en pantalla difícil de igualar y tienes una película redonda de "monstruos" catalogada como clásico de culto.
Si no la habéis visto, no deberíais dejarlo más y si la habéis visto, el verano es el momento perfecto para volver a disfrutarla. Una joya. 8,5/10
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