Tras un grave accidente, David decide acoger y cuidar en su casa a su mejor amigo, Javi, que ha quedado en un estado casi vegetativo. Sin embargo, lo que comienza como un sacrificio fruto de una fuerte amistad, termina convirtiéndose en una relación envenenada.
Y... qué tal?!
De nuevo, como ya ocurriera con Dhogs, una película española se alza con el máximo galardón del Nocturna International Film Festival Madrid. Y con el de Mejor director y Mejor actor protagonista.
Podría parecer, si tomamos como punto de partida su frase promocional “Como Intocable, pero con hijos de puta”, que nos enfrentamos a una claustrofóbica historia que, además de hacernos pasar angustia va a estar trufada de humor negro. Pero lo que realmente se nos pone delante es un drama. Hay angustia pero el humor, que habría hecho la cinta más viva, se reduce a un par de momentos. Es un thriller psicológico que se basa, con muy buen criterio, en las magníficas actuaciones de sus dos protagonistas. Que podrían haberse llevado el premio a ex aequo a Mejor Actor y no habría habido ninguna queja.
Teniendo en cuenta las limitaciones con la que ha contado el proyecto, el resultado es satisfactorio pero, personalmente, me parece que, el relato que finalmente nos cuentan podría haber sido más potente en un mediometraje. He salido con la sensación de que se ha estirado el tiempo de metraje para convertirlo en un largo. Se palpa y se agradece el tono sucio y costumbrista, que recuerda por momentos al gran Chicho Ibañez Serrador. Y es una buena primera piedra en el camino de la dirección de Óscar Martín. 6/10
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