No soy una rata callejera... Aladdin:
Un ladronzuelo de buen corazón y un Visir ávido de poder, compiten por una lampara maravillosa que puede hacer realidad sus más profundos deseos.
Y... qué tal?!
Guy Ritchie deja atrás una floja corte del Rey Arturo para llevarnos a Agrabah en una visión con menos personalidad, pero mucho más efectiva. El regreso de Aladdin en imagen real ha supuesto, al menos para mi, una alegría. Siempre me ha gustado la película aunque diría que me gusta mucho más el genio que la propia película. Y, aunque las primeras imágenes de esta nueva adaptación no presagiaban nada bueno, vuelve a ser lo que más me ha gustado. Will Smith (Escuadrón suicida) hace suyo el genio y está enorme.
No me parece mal que se hagan remakes y reboots de cintas clásicas siempre y cuando se respete el original y aporte algo nuevo. Cosa que no pasó con La bella y la bestia, por ejemplo. Pero que sí hizo Burton con su Dumbo. El caso de Aladdín es curioso porque es una mezcla. Dentro de que la historia es prácticamente la misma, lo que hace es desarrollar y explorar más los personajes. Incluso darles otro enfoque como pasa con Jasmine. A la que da un peso mayor y la hace mucho, muchísimo, más interesante.
Los efectos especiales, la ambientación, decorados y vestuario. Todo encaja. Todo excepto Jafar. No es que Marwan Kenzari (Siete hermanas) esté mal, es que no da la talla para el papel. No tiene presencia, ni transmite la maldad necesari. Un fallo de casting que no hace que, hoy por hoy, sea la película de acción real que más me ha gustado de las que llevan filmadas. 7,5/10
Trailer:
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